Perteneciente al Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya, el espacio representa un importante reservorio cultural regional.
(Redacción Universidades NEA). La Biblioteca Nicolás Yapuguay, del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya, nació en el año 1960. Su nombre rinde homenaje al primer autor indígena misionero, quien escribió obras como Explicación del Catechismo en Lengua Guaraní y Sermones, publicado en la reducción Santa María la Mayor en 17224; y Exemplos en lengua Gvaraní publicado en el pueblo de S. Francisco Xavier en el año 1727.
Actualmente la biblioteca posee más de 45 mil libros en circulación, siendo una de las más importantes de la provincia de Misiones. Sus libros están a disposición de estudiantes, docentes y público en general.
Los profesores Julio Carrizo y Ana Mabel Caspary, responsables de la Biblioteca, brindaron una entrevista al medio institucionalInfoMontoya, en la cual detallaron algunas cuestiones relativas al presente de la biblioteca y a sus desafíos.
“Hay una idea generalizada de que las tecnologías están ganando cada vez más espacio en las instituciones educativas y unidades de información. Se piensa que de pronto los libros o los soportes analógicos van a quedar en desuso o que resultan obsoletos. Sin embargo, en esta nueva concepción de la biblioteca como espacio de conocimiento y aprendizaje híbrido, las tecnologías vienen a complementar y actualizar la información que contienen los materiales impresos”, señala Carrizo.
“En este momento, estamos trabajando en proyectos que buscan la mejora de los servicios en general; a conectar a la Biblioteca con otros sectores del Instituto; en diseñar capacitaciones para el personal docente como para los estudiantes. Por ejemplo, tenemos el proyecto de diseño de un repositorio digital institucional de materiales educativos que deberíamos retomarlo. Y después, otros proyectos que tienen que ver con la preservación y la conservación del fondo documental más antiguo, la modernización de la sala de lectura… entre otros” aporta Caspary.
En relación al sitio web de la biblioteca, Carrizo comentó que se encuentra en marcha una etapa de actualización del mismo. “Además, vamos a disponer de un espacio en el aula virtual Moodle. Una colega de la Biblioteca Sede Campus está haciendo una investigación acerca de las necesidades de información de los estudiantes y docentes, pues nunca se efectuó un análisis en profundidad del tema. Y volviendo a la preservación de los materiales más antiguos, la idea también es analizar la posibilidad de digitalizar aquellos libros que por sus años y la manipulación se han deteriorado”, remarcó el profesor.
Actualmente, el catálogo de la biblioteca cuenta con aproximadamente 47 mil libros, entre ellos diccionarios de la lengua española y de idiomas extranjeros, enciclopedias generales y especializadas, atlas, revistas científicas, textos de nivel superior, textos del nivel secundario para los estudiantes que hacen sus prácticas docentes, mapas, láminas, entre otros recursos.
Caspary aporta que “contamos con la Biblioteca Misiones, acervo bibliográfico de autores de la provincia que escribieron sobre todos los temas. Es un espacio aparte, un sector dentro de la Biblioteca. Y otro sector es “La Biblioteca del Tesoro”, que cuenta con los libros más antiguos, ejemplares que tienen más de 100 años, referidos a cultura en general.
“Y tenemos obras literarias, que son textos consultados por estudiantes de la carrera del Profesorado en Lengua y Literatura; pero también por otros usuarios, tanto docentes como estudiantes a quienes les gusta la lectura. Y el último sector es el de Hemeroteca, conformador mayormente por revistas de divulgación científica impresas. Entre las propuestas que tenemos, también podemos mencionar la suscripción a revistas electrónicas” indicó Carrizo.
Sobre los desafíos a corto plazo, comentaron que “pasa por la incorporación de la tecnología y los nuevos soportes de información, el servicio de referencia presencial y virtual, la preservación de las colecciones en soporte papel, la capacitación destinada a la comunidad de usuarios en el desarrollo de nuevas alfabetizaciones (digital, mediática e informacional) que implicará un trabajo en conjunto con otras áreas del Instituto, con el objetivo de formar profesionales competentes y lectores críticos”.