“El presupuesto universitario sigue congelado”

La Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU), espacio sindical mayoritario de los docentes universitarios en Argentina, emitió un reciente comunicado titulado “Por qué el conflicto universitario no está solucionado. Aclarando lo que el gobierno oscurece”.

 

(Redacción Universidades NEA) Se trata de un documento dividido en varios segmentos, de lo cuáles el primero en orden de aparición es un apartado titulado “El presupuesto universitario sigue congelado”.

“Para todo el año 2024 las universidades tienen asignado un presupuesto igual al presupuesto ejecutado en 2023. Para tener el mismo poder adquisitivo que en 2023, el presupuesto debería ser hoy de $5.084.012 millones. Pero es de $1.415.919 millones. El ajuste que se ha producido, entonces, llega al 72%. Es la licuación que festeja Milei” advierte el texto.

En el segundo subtítulo, denominado “La caída del presupuesto es histórica”, se plantea que “la comparación histórica con el PBI permite ver la caída del financiamiento para las universidades, y desmiente a quienes dicen no entender por qué protestamos ahora. Los datos hablan con claridad: el gobierno de Milei está empobreciendo a las universidades”.

Más adelante, el crítico documento subraya que “no hay forma de resolver la crisis de financiamiento de las universidades si no se soluciona el problema salarial. El ajuste presupuestario, cuyo principal componente es la brutal reducción de los salarios de docentes y no docentes, conlleva un grave deterioro de las condiciones de trabajo y de estudio. En esta situación, la continuidad de las actividades que se realizan en las universidades sólo podrá sostenerse sobre la creciente explotación y precarización del trabajo que hacemos en ellas”.

Posteriormente, el comunicado de la CONADU destaca que  “el ajuste presupuestario es una extorsión. El Estado abandona su obligación de financiar la universidad pública y pone deliberadamente en crisis su funcionamiento para forzar una reforma regresiva que abra las puertas al mercado también en la educación superior, neutralizando al mismo tiempo su condición democrática y su capacidad de formar profesionales con compromiso y conciencia crítica”.

 

A modo de conclusión, el texto cierra señalando que “la universidad pública no se salva sola. El programa económico de Milei se apoya estructuralmente en la reducción de salarios y jubilaciones, y en la desregulación económica: libertad para que empresarios y financistas se sigan enriqueciendo, pobreza para la mayoría trabajadora. La lucha en defensa de la universidad pública es una lucha democrática por el derecho de construir con el pueblo un futuro mejor para todes, una Argentina con soberanía, bienestar y justicia social. Más de un millón y medio de personas lo dijimos el 23 de abril en las calles de todo el país. Pero no hay posibilidad de preservar la universidad pública, gratuita, irrestricta, masiva y de excelencia, en una Argentina en la que lo único que avanza es la pobreza, el hambre y el desempleo. La universidad que defendemos es la que camina junto al pueblo”.